Escuchar una lengua es nuestra principal fuente de ella y es lo que nos ayuda a aprender a hablarla bien.
La primera gran diferencia entre cómo aprenden los niños y los adultos es la enorme cantidad de escucha de que disponen los niños desde el primer momento en que nacen. En los primeros cuatro años de vida, los niños escuchan hasta 17.000 horas de la nueva lengua: están rodeados de ella.
Todos los objetos y actividades que les rodean adoptan con el tiempo una forma auditiva, que es una especie de etiqueta con su nombre. Y los niños tienen la gran ventaja de que todo lo que oyen a su alrededor también ocurre a su alrededor. Así que siempre tienen un contexto: una situación de la vida, un cuento que les leen sus padres a la hora de dormir o un cuento de hadas que ven en la tele. Las palabras nuevas tienen su lugar y están vivas y son útiles para ellos. No las aprenden como una aburrida lista de un libro de texto.
Simplemente lo aceptan e intentan utilizarlo.
Para los niños, las palabras están directamente relacionadas con lo que ocurre a su alrededor. En el fondo, el cerebro evalúa de forma natural y recuerda mejor las palabras que se repiten más a menudo. Sabe que son importantes y, por tanto, las aprende antes. Las palabras siempre están en frases, tienen su propio color emocional, su propia melodía, junto con las imágenes, sabores y olores que describen. Todo este trabajo es competencia del hemisferio derecho de nuestro cerebro.
Los niñosno piensan mucho en la lengua y la dan por supuesta. Simplemente la aceptan e intentan utilizarla tal cual.
Para hablar bien, realmente bien, hay que escuchar mucho a las personas que ya hablan la lengua en el contexto de situaciones reales o imaginarias. Debes escuchar la lengua todos los días o, mejor aún, varias veces al día; cuantas más veces, mejor.
Por eso en Mooveez primero ves y escuchas cada nueva conversación o historia como un vídeo basado en situaciones que te son muy familiares de tu propia vida.
Por eso también creamos constantemente nuevos vídeos a partir de situaciones de la vida real en las que se tiene la oportunidad de escuchar mucho dentro de algún contexto, de la misma manera que lo hacen los niños pequeños. Esto activa nuestra capacidad natural para comprender y luego utilizar el lenguaje porque:
Todos somos capaces de aprender a hablar cualquier idioma. Y lo hemos demostrado aprendiendo nuestra propia lengua materna.